Andema alerta sobre los grandes riesgos de la publicidad fraudulenta en redes sociales

  • Desde 2017, cerca de 70 marcas internacionales han sufrido las consecuencias de la publicidad fraudulenta en redes sociales.

  • Las organizaciones responsables del estudio instan a la colaboración entre gobiernos, plataformas de redes sociales y marcas para evitar la proliferación de anuncios fraudulentos.

Madrid, 24 de julio de 2020 – La Asociación para la Defensa de la Marca (Andema) alerta a los consumidores online de los grandes riesgos de la publicidad fraudulenta de productos falsificados en redes sociales.

Andema, asociación que representa a más de 70 empresas titulares de marcas de distintos sectores de la industria y servicios en España, acoge satisfactoriamente la reciente publicación del informe estadounidense “Fraudulent advertising online”, que ha sido elaborado por la Alianza Transnacional para Combatir el Comercio Ilícito (TRACIT) y la Asociación del Textil y del Calzado Americana (AAFA).

Este informe destaca que cerca de 70 marcas internacionales han sido objeto de publicidad fraudulenta en redes sociales desde el año 2017. La publicidad fraudulenta se inserta en páginas webs legítimas o en redes sociales como Facebook, Instagram o Youtube. Mediante reclamos engañosos, los consumidores que pinchan en este tipo de anuncios son derivados a páginas webs ilícitas que suponen un fraude o que venden productos o servicios falsificados.

El estudio recoge la necesidad de trasladar al ámbito de Internet la misma regulación publicitaria que los gobiernos imponen en el mundo offline, con el fin de proteger al consumidor. En este sentido, TRACIT y AAFA abogan por que se implementen controles a la publicidad fraudulenta que aparecen en páginas lícitas, incluidas las redes sociales. Junto a una mayor regulación de la publicidad en Internet, considera que las plataformas de Internet más importantes, sobre todo Facebook, Instagram o Youtube, deberían verificar quién está detrás de dicha publicidad. En otras palabras, aplicar el principio de “know your customer”. En definitiva, la solución se encontraría en un enfoque holístico, en el que también se incluyeran los esfuerzos de registradores de nombres de dominio y de proveedores de Internet.

Según José Antonio Moreno, director general de Andema, “Hoy, las redes sociales permiten que el mundo esté conectado y mantenga una forma importante de comunicación. Como se ha demostrado durante la actual pandemia, las plataformas de comercio electrónico se han convertido el canal de compra más habitual para cada vez más sectores de la población mundial. Sin embargo, ningún actor digital pueden operar sin las mismas reglas que el resto de actores económicos. Lo que es ilegal en el mundo offline, debe ser ilegal en el mundo online. Las plataformas deben ser más proactivas a la hora de impedir que productos falsificados, que no han pasado ningún tipo de control industrial o de calidad, lleguen a ser vendidos en sus espacios. Que las mercancías peligrosas o ilegales no se pongan al alcance del consumidor es responsabilidad de todos, sobre todo de aquellos que tienen trato comercial con los vendedores de dichos productos ilícitos”.

Para evitar estos riesgos, TRACIT y AAFA piden que se instauren políticas y procedimientos que permitan verificar la verdadera identidad de un intermediario publicitario, al que se le pueda requerir información suficiente y precisa.

En el caso de la publicidad en redes sociales, Andema recomienda desconfiar de los productos de marcas reconocidas demasiado baratos, de webs desconocidas y de sitios online que dan poca información sobre el producto que se quiere adquirir. Asimismo, hay que vigilar aquellos reclamos publicitarios como “100% original”, “Official store online” o “precio directo de fábrica”.

Cada año, las falsificaciones provocan la pérdida de miles de puestos de trabajo en España. Según la EUIPO, en el último año y solo en cuatro sectores, entre ellos el cosmético y el de la perfumería, España ha perdido 2.200 millones de euros a causa de los productos falsificados.